Su lugar exclusivo es la montaña. Eligió ese habitat porque se alimenta de pastizales de altura. Actualmente, la taruca (llamada también venado andino) está en peligro de extinción y, para preservar la especie, fue declarada patrimonio natural nacional. En Tucumán puede ser vista en los territorios de altura del Parque Campo de los Alisos. Es una de las pocas zonas del país donde puede desenvolverse sin peligro de caer en manos de los cazadores furtivos.
La ampliación de las zonas de cultivos, el pastoreo de ganado vacuno y caballar, los alambrados y las rutas provocaron el desplazamiento de las tarucas. El aislamiento y las poblaciones pequeñas son puntos de suma importancia a tener en cuenta para la futura supervivencia de la especie en Argentina. “Hace cinco años venimos haciendo un trabajo especial con la taruca, que pasa por el conteo; la idea es que eso nos permita hacer un índice respecto de si aumenta o disminuye la población -explicó el guardaparque Juan Santillán-; es un animal difícil de muestrear, porque es muy crítico: se mimetiza muy bien en la montaña y no hay muchos”.
La taruca vive en los faldeos de las montañas. Se siente muy cómoda en terrenos ubicados a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar. En general, suele pastar en grupos familiares de hasta 15 individuos, siempre liderados por una hembra. Es un animal diurno, muy tímido y arisco, que no duda en emprender la huida ante la presencia humana o alguna señal de peligro. Vive en estado silvestre alrededor de 10 años edad promedio.
La caza desmedida y la competencia con el ganado doméstico son sus principales enemigos. Para darle mayor relevancia, a principio de este año el Banco Central anunció que el nuevo diseño para los billetes de $ 100 tendrá la imagen de una taruca. “Es un mamífero en peligro de extinción, que convivirá entonces con el actual diseño de Eva Perón y Julio Roca”, explicó Federico Sturzenegger, titular de la entidad financiera, cuando se oficializó la decisión.